Nos tomamos nuestro tiempo y estamos relajados ¿para qué perder la paciencia?

Dicen que la paciencia es la madre de todas las virtudes, pues creo que en nuestro caso también lo será de nuestra boda.

Muchos me han llenado de preguntas sobre cuándo es la boda, y claro ese es el punto de partida para ésta travesía. Pues en estos días me la he pasado mandando mails y recibiendo respuestas de los diferentes servicios que hay para una boda y solo puedo decir – ¡Dios! que caos -, hay tanto para elegir que  ya no sabes que cosa quieres.

Que si la recepción al aire libre o en salón interior, que si mesa cuadrada o redonda, que sillas forradas o de metal, que si equipo de sonido u orquesta,  keke inglés o húmedo, flores en color melón o blancas, que si buffet o plato de fondo, etc, etc.

Todo este enredo de detalles llegaron a confundirme y perder el objetivo principal: pasarla bien.

Me ofusqué tanto que el primer día de revisar cosas pendientes con mi novio peleamos. Que fastidio! se supone que esto sería divertido, pero no estaba resultando así.

Enredo uno. Quedé tan fascinada por las cosas que ofrecen que estaba caminando sobre nubes. Plop… no puedo pagar 150 soles por persona!.

Enredo dos. Hice que mi novio no quisiera invitar a nadie de su entorno, porque sentía que no podríamos atenderlos bien.

Enredo tres. Que fue de “… somos dos jóvenes que quieren casarse en una linda reunión con todos nuestros amigos y que no nos cueste mucho.” ¿En qué ando pensando? (golpe en la frente con palma de la mano derecha).

Enredo cuatro. Fecha de la boda y el despelote. ¿Cuándo será la boda? No estamos confirmados, no tenemos iglesia, no tengo los papeles para la municipalidad, no encuentro local… no hay tiempo!.

Merecida pausa. ¿Tiempo para qué?, me dijo mi muy calmado novio. Nadie nos persigue, no hay fecha límite y sobre todo nuestro compromiso no tiene fecha de caducidad. Tranquila Sandra –pensé- él tiene razón.

Qué alivio… está todo tan claro,  qué alivio. Y es que esos  “detalles” me habían atraído hacia ellos y no me dejaron ver el largo pero despejado camino que se mostraba en el extremo de mi amado. Solo necesité escuchar eso y un gran peso desapareció de mis hombros.

En esta semana acabo de poner en agenda como prioridad número uno la paciencia y en segundo lugar buscar confirmas. Una amiga a la cual me refiero como “tía Ericka” se encargará de ésta importante labor. Estoy en espera de su email salvador, donde me dirá cómo puedo confirmarme, a través de un proceso normal y prudente, no en esas confirmaciones apuradas de requisito nupcial. Aunque me acaban de contar de confirmas de urgencia que constan de una charla. Increíble hay de todo!.

Pues la boda será cuando debe ser. ¿Y cuándo debe ser? pues cuando sea. Así de simple.

Y amiga, no seas curiosa, no contaré porqué casi nos separamos para siempre mi amado y yo, pero si te diré que todos tenemos defectos a veces incorregibles pero no mortales, y creer en “él no es como yo pensaba” es una tontería. Ceder y asumir compromisos para mejorar nos salvó.

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